Nunca habia sentido lo que era ser un extranjero,
el que no es del lugar, pero pocas veces...pocas
he sentido un intensa felicidad y nostalgia de amor por Honduras
Hasta que por sopresa al terminar una conferencia,
sali a un salon repleto de espumeante vino fino
a 10,000 kms de aqui y me tope con un salon decorado
de fotografias de Delmer Membreño,
y me senti como en casa.
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