Lucha de la cual han hecho respuesta diferentes comunidades como San Ignacio, Palo Ralo, El Pedernal, El Porvenir y Cedros.
Escano cuenta con gran parte del bosque que se extiende incluso a los departamentos de Yoro y Olancho, territorios también en conflicto por la defensa de recursos naturales por la creciente tala de bosque.
El clima en valle de siria es templado pero se caracteriza por tener una flora con características secas, lo cual ha sido también una problemática en la zona sobretodo bajo el periodo de 10 años en que funciono la empresa minera lo que ha traído escasez de agua a las comunidades. Sumado a eso, la creciente tala de bosque que ha denunciado el recientemente fundado Colectivo de defensa ambientalista que relata la problemática en torno a la escasez de fuentes de agua y una nueva erosión que ha traído problemas en las vías de acceso hacia la comunidad y como durante el periodo de lluvias los territorios destinados para la agricultura han sufrido reveses a causa de las sedimentaciones que se producen arrastrados por las lluvias desde las montañas donde se ha llevado a cabo tala de bosque.
El comité ambientalista de Escano es parte ahora parte del Comité ambientalista de Valle de Siria, que respondía únicamente a los conflictos generados por la minería, pero ahora hace frente a nuevas amenazas como es la de Escano de Tepales.
El comité en sus esfuerzos para evitar la tala ha denunciado de manera enérgica la problemática a las autoridades del municipio pero no ha existido una respuesta contundente al problema ya que mucho se debe a que los bosques son terrenos privados. Terrenos que según cuentan los miembros del comité, datan desde hace 300 años de pertenencia, algunos alegan ser nuevos compradores, e incluso existen conflictos donde miembros del comité son familia directa de algunos de los responsables de la tala de al menos el equivalente de 100 a 150 camiones con troncos de pino que partieron de la pequeña comunidad de Escano a mediados del 2011.
Algunos intereses particulares con respecto a la ganancia que genera la tala de bosques es de conocimiento del comité donde existen algunos predios con un tamaño de 2300 hectáreas con un precio de 100 millones de lempiras propiedad de Gustavo Urrutias Padilla.
El comité denuncia como los dueños de los terrenos no hacen pago de impuesto, no han apoyado la comunidad durante la época de incendios, no han cumplido el compromiso de reforestación del bosque donde la alcaldía del municipio no se ha manifestado enérgicamente en contra, todo esto realizado sin consenso de la comunidad en ninguna instancia del municipio como ser los cabildos abiertos, de la cual los dueños de los terrenos se han amparado en el hecho de que no existe un salón de usos múltiples en la comunidad.
Mucho del daño producido por la tala de bosque relatan los pobladores podría causar un terrible daño en las redes comunitarias de agua por las grandes cantidades de tierra que es arrastrada desde las montañas, red ubicada a 3kms de la comunidad, donde también se han formado nuevos abismos que han modificado la topografía natural de la comunidad que incluso han afectado la fauna del lugar por la migración de animales como el venado cola blanca, cusucos, coyotes y que una de las problemáticas más preocupantes generadas es que a causa de los arrastres de tierra se ha generado una sedimentación arenosa sobre una gran parte de la tierra fértil de la comunidad que proveía de los productos de consumo local y de comercio lo que afecta directamente a la población..
Afortunadamente el comité ha logrado frenar la activa deforestación de la comunidad, donde han denunciado dentro de la comunidad la situación para encontrar así apoyo comunitario, ya que la desinformación con respecto a la problemática que podría suceder es desconocida por algunos pobladores.
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