viernes, 23 de septiembre de 2011

Edwin y el Pueblo de los Mojados


Edwin y el Pueblo de los Mojados




Todos los días me recuerdo mirar por la ventana de mi habitación para admirarme y recordarme agradecer a la vida por estar viviendo en un pequeño pueblo, recuerdo que cuando se hizo la selección de los lugares donde podíamos realizar nuestro servicio social uno de ellos era ESCANITO, no tenia ni idea donde quedaba, jamas había escuchado de el pueblo y tampoco me daba cuenta de la fama que le antecedía.

Edwin llego a la clínica de nuevo, su rostro me parecía conocido pero no podía recordar con exactitud de donde era, lo primero que me dijo es que había vuelto de estados unidos recién deportado, y que tenia un problema en un diente que yo podía resolver.

Con mucha curiosidad me atreví a preguntarle cosas personales, por que de todos los pacientes que atiendo a diario son los de Escanito los que me parecen mas particulares, casi todos ellos tienen un acento chicano, tenis nuevos, cadenas, camisetas de basketball, casi como salidos de un capitulo del príncipe del rap. Ocurre también con las mujeres, un acento de cubanas americanas que les caracteriza y casi siempre celulares de ultima generación que logran conseguir de algún familiar que se los ha enviado de Estados Unidos.

Edwin me contó que era la quinta vez que intentaba llegar a estados unidos, solo tiene 22 años, y ha hecho esta hazaña desde que era un adolescente de 15 años, su padre tiene algunas tierras en Escanito que ha decidió compartir con el, pero no es lo que Edwin quiere, quiere salir, ganar su propio dinero, un destino distinto al de todos sus vecinos, primos y amigos, dedicarse a la tierra y ganar lo poco que genera 1 jornada no es suficiente a veces.

El Quinto intento de Edwin no fue muy diferente de los demás, pero fue esta vez la que el contó con mas nostalgia que la ultima vez que le vi donde relato lo ocurrido en su cuarto intento. Al parecer 25 personas iban en una VAN en la freeway como dijo el para referirse a la autopista con destino a San Francisco, destino que edwin dice tener mejor suerte, mientras viajaban en la autopista el conductor designado después de horas y horas de manejar decide cambiar con un chico que por primera vez manejaba en Estados Unidos, y para desventura de los Hondureños y Ecuatorianos que viajaban en la van, el exceso de velocidad fue el motivo que freno su sueño de alcanzar el dichosos American Dream de esta vez.

La cara de Edwin mostraba nostalgia, una especie de llanto contenido mezclado con desaparición, pero a la vez segura y confiada de que habrá una sexta ocasión para intentarlo, como le dije yo…la sexta es la vencida.

Hablamos un poco sobre sus expectativas, no tenia idea que quería, no sabia ni siquiera por que quería irse de Honduras hacia el norte, el solo sabia que tenia control del camino, que sabia exactamente por donde irse, hablamos de las matanzas a migrantes, de la difícil situación mexicana, de los zetas, todo en 1 hora de consulta.

Tuve una de esas sensaciones donde sientes que esto ya se ha vivido, un Dèjá Vu, todo mientras curaba lo que me pidió de sus dientes, al parecer yo era el elegido para que nada lo pudiera detener mientras intentaba viajar hacia estados unidos, era sumamente importante que su dentadura estuviera perfecta para enfrentarse a todo lo que viene.

Tenia la sensación que giraba una y otra vez en mi cabeza, era el hecho que todo lo que el decía, lo que me expresaba era incierto, casi como un sueño sin rumbo, pensar en lo peligroso que es el paso migratorio no me permitía sacar de mi cabeza que era yo quien podría saber exactamente reconocer su cadáver si algo le pasaba a Edwin, las historias de odontología forense y lo excitante que me ha parecido esa carrera, se volvió menos atractiva al imaginarme a este muchacho 4 años menor que yo, intentando buscar quien es, o peor aun necesitando reconocerle. Su imagen quedo grabada en mi memoria.

Puedo ver la erosión causada por la Mina de San Ignacio desde mi ventana, y a su vez puedo escuchar en las historias de la gente, la esperanza que deposito que los cheles vinieran a darnos trabajo a todos, y así no tener que irnos.

Escanito tiene fama dentro de los municipios de la zona, de ser una comunidad donde se lleva a cabo mucho el trafico de drogas sobretodo la cocaína, Toyotas Hilux del año se ven aparcadas frente a casitas de adobe, me es imposible precisar cuantos pacientes he tenido como Edwin, que han regresado con sus sueños de una gringolandia prospera, con sus buenas PINTAS llegan a mi consultorio como a una especie de consulta odonto-psicológica, y yo me he quedado con la impresión de que Escanito es como el PUEBLO DE LOS MOJADOS, una especie de comunidad en donde todos sus hombres se van, hastiados buscando un mejor futuro, abandonando sus esposas e hijos, que a la deriva simplemente esperan lo mejor. así como yo.


 Fernando Reyes

1 comentario:

  1. Bueno post!

    Un Dèjá Vu talvez demasiado común en Honduras y en tantos otros países. Hablas del Escanito, pero creo que es la viva imagen de la zona rural: donde cada vez hay menos jóvenes y más gente mayor a cargo de los nietos. ¿Dónde se fueron? Tegucigalpa, la Costa Norte...España, Estados Unidos.

    "no tenia idea que quería, no sabia ni siquiera por que quería irse de Honduras hacia el norte" Algo también muy común producto talvez del triste desencanto por la "realidad" . Aún así, lo peor de todo es que sin el "para qué" la deriva seguirá siendo parte de la realidad en Honduras o fuera de ella.

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