Edwin y el Pueblo de los Mojados
Todos los días me recuerdo mirar por la ventana de mi habitación para
admirarme y recordarme agradecer a la vida por estar viviendo en un pequeño
pueblo, recuerdo que cuando se hizo la selección de los lugares donde podíamos
realizar nuestro servicio social uno de ellos era ESCANITO, no tenia ni idea
donde quedaba, jamas había escuchado de el pueblo y tampoco me daba cuenta de
la fama que le antecedía.
Edwin llego a la clínica de nuevo, su rostro me parecía conocido pero no
podía recordar con exactitud de donde era, lo primero que me dijo es que había
vuelto de estados unidos recién deportado, y que tenia un problema en un diente
que yo podía resolver.
Con mucha curiosidad me atreví a preguntarle cosas personales, por que
de todos los pacientes que atiendo a diario son los de Escanito los que me
parecen mas particulares, casi todos ellos tienen un acento chicano, tenis
nuevos, cadenas, camisetas de basketball, casi como salidos de un capitulo del
príncipe del rap. Ocurre también con las mujeres, un acento de cubanas
americanas que les caracteriza y casi siempre celulares de ultima generación
que logran conseguir de algún familiar que se los ha enviado de Estados Unidos.
Edwin me contó que era la quinta vez que intentaba llegar a estados
unidos, solo tiene 22 años, y ha hecho esta hazaña desde que era un adolescente
de 15 años, su padre tiene algunas tierras en Escanito que ha decidió compartir
con el, pero no es lo que Edwin quiere, quiere salir, ganar su propio dinero, un
destino distinto al de todos sus vecinos, primos y amigos, dedicarse a la
tierra y ganar lo poco que genera 1 jornada no es suficiente a veces.
El Quinto intento de Edwin no fue muy diferente de los demás, pero fue
esta vez la que el contó con mas nostalgia que la ultima vez que le vi donde
relato lo ocurrido en su cuarto intento. Al parecer 25 personas iban en una VAN
en la freeway como dijo el para referirse a la autopista con destino a San
Francisco, destino que edwin dice tener mejor suerte, mientras viajaban en la
autopista el conductor designado después de horas y horas de manejar decide
cambiar con un chico que por primera vez manejaba en Estados Unidos, y para
desventura de los Hondureños y Ecuatorianos que viajaban en la van, el exceso
de velocidad fue el motivo que freno su sueño de alcanzar el dichosos American
Dream de esta vez.
La cara de Edwin mostraba nostalgia, una especie de llanto contenido
mezclado con desaparición, pero a la vez segura y confiada de que habrá una
sexta ocasión para intentarlo, como le dije yo…la sexta es la vencida.
Hablamos un poco sobre sus expectativas, no tenia idea que quería, no
sabia ni siquiera por que quería irse de Honduras hacia el norte, el solo sabia
que tenia control del camino, que sabia exactamente por donde irse, hablamos de
las matanzas a migrantes, de la difícil situación mexicana, de los zetas, todo
en 1 hora de consulta.
Tuve una de esas sensaciones donde sientes que esto ya se ha vivido, un
Dèjá Vu, todo mientras curaba lo que me pidió de sus dientes, al parecer yo era
el elegido para que nada lo pudiera detener mientras intentaba viajar hacia
estados unidos, era sumamente importante que su dentadura estuviera perfecta
para enfrentarse a todo lo que viene.
Tenia la sensación que giraba una y otra vez en mi cabeza, era el hecho
que todo lo que el decía, lo que me expresaba era incierto, casi como un sueño
sin rumbo, pensar en lo peligroso que es el paso migratorio no me permitía
sacar de mi cabeza que era yo quien podría saber exactamente reconocer su
cadáver si algo le pasaba a Edwin, las historias de odontología forense y lo
excitante que me ha parecido esa carrera, se volvió menos atractiva al
imaginarme a este muchacho 4 años menor que yo, intentando buscar quien es, o
peor aun necesitando reconocerle. Su imagen quedo grabada en mi memoria.
Puedo ver la erosión causada por la Mina de San Ignacio desde mi
ventana, y a su vez puedo escuchar en las historias de la gente, la esperanza
que deposito que los cheles vinieran a darnos trabajo a todos, y así no tener
que irnos.
Escanito tiene fama dentro de los municipios de la zona, de ser una
comunidad donde se lleva a cabo mucho el trafico de drogas sobretodo la
cocaína, Toyotas Hilux del año se ven aparcadas frente a casitas de adobe, me
es imposible precisar cuantos pacientes he tenido como Edwin, que han regresado
con sus sueños de una gringolandia prospera, con sus buenas PINTAS llegan a mi
consultorio como a una especie de consulta odonto-psicológica, y yo me he
quedado con la impresión de que Escanito es como el PUEBLO DE LOS MOJADOS, una
especie de comunidad en donde todos sus hombres se van, hastiados buscando un
mejor futuro, abandonando sus esposas e hijos, que a la deriva simplemente
esperan lo mejor. así como yo.
Fernando Reyes
Bueno post!
ResponderEliminarUn Dèjá Vu talvez demasiado común en Honduras y en tantos otros países. Hablas del Escanito, pero creo que es la viva imagen de la zona rural: donde cada vez hay menos jóvenes y más gente mayor a cargo de los nietos. ¿Dónde se fueron? Tegucigalpa, la Costa Norte...España, Estados Unidos.
"no tenia idea que quería, no sabia ni siquiera por que quería irse de Honduras hacia el norte" Algo también muy común producto talvez del triste desencanto por la "realidad" . Aún así, lo peor de todo es que sin el "para qué" la deriva seguirá siendo parte de la realidad en Honduras o fuera de ella.